Presentación de libro: «El mundo en mi jardín»

Este martes 19, a las 7:00 p.m., recuperamos la voz de Julio Enrique Ávila, con la presentación de su libro  El mundo en mi jardín, que incluye comentarios de Miguel de Unamuno.

La editorial Don Bosco reedita esta obra de narrativa, un conjunto de escritos que van a medio camino del relato breve y el poema en prosa. Elogiada en su momento por figuras como Miguel de Unamuno, Gabriela Mistral y José Santos Chocano, esta obra destaca por su originalidad y profundidad estética.

Miguel de Unamuno envió a Julio Enrique Ávila una carta, escrita de su puño y letra, en la que celebraba la calidad de su pluma. Desde su segunda edición, El mundo de mi jardín se acompaña con esta epístola unamuniana a modo de prólogo.

«Su legado literario, moral y cultural merece un lugar central en nuestra memoria histórica. Al devolverle vida a su jardín de palabras, celebramos no solo su obra, sino también su compromiso con la belleza, la justicia y la identidad centroamericana», señala la editorial.

Conoce al autor

Julio Enrique Ávila (San Miguel, 4 de agosto de 1892-San Salvador, 16 de noviembre de 1968). Poeta, docente, periodista, ensayista, narrador y prosista salvadoreño, conocido por cultivar la prosa breve reflexiva y lírica. En su obra poética publicada aparecen Fuentes del alma (1917) y El poeta egoísta (1922), mientras que en narrativa destacan El vigía sin luz (1927), El mundo de mi jardín (1937, 1949, 1957), El alma popular de nuestra universidad (1941) y El himno sin patria (1949), entre otras.

Doctor en Química y Farmacia por la Universidad de El Salvador, pronto comenzó a trabajar en periodismo cultural y hacia 1921 comenzó a laborar en el periódico La Prensa (hoy La Prensa Gráfica). Fue amigo cercano de intelectuales como Juan Ramón Uriarte y Miguel Ángel Espino, con quienes intentó impulsar un ambicioso proyecto editorial para divulgar el trabajo de autores salvadoreños y extranjeros.

Entre 1948 y 1950 se convirtió en el primer decano de la Facultad de Humanidades y, de 1960 a 1965 fue director de la Academia Salvadoreña de la Lengua y de la Academia de Historia. 

Se afirma que Julio Enrique Ávila fue quien usó por primera vez la expresión «El Salvador, el Pulgarcito de América», antes de que le diera realce la poeta chilena y premio nobel Gabriela Mistral.