Más de 100 niñas y niños participan en Pólvora 2024
El proyecto del CCESV que promueve los procesos artísticos en las escuelas

El pasado 9 de noviembre, en el Museo Nacional de Antropología Dr. David J.Guzmán (MUNA), conocimos el trabajo de creación contemporánea que han realizado seis artistas junto a más de 100 niñas y niños y personal docente de seis centros escolares de El Salvador, en el marco del Proyecto Pólvora del Centro Cultural de España en El Salvador.
Libros que cantan, la biodiversidad en stop motion, un rap que no espanta, eco títeres, canciones en las que expresarse y tesoros convertidos en leyendas salvadoreñas fueron algunas de las propuestas que surgieron en la cuarta edición de Pólvora, que integró el arte en las aulas de centros escolares de Ciudad Delgado, Lourdes Colón, San Salvador y Soyapango, con la colaboración del Ministerio de Educación de El Salvador.
El director del Centro Cultural de España en El Salvador, Álvaro Ortega, dijo que «cuando hablamos de desarrollo humano, hablamos también de tener oportunidades, de poder analizar las cosas, de cómo nos relacionamos con el mundo y la creatividad tiene mucho que ver con eso». Los representantes de los centros escolares coincidieron en que Pólvora es una iniciativa que fortalece el trabajo en las aulas.
En sus intervenciones, las artistas destacaron los aprendizajes que se han llevado compartiendo con las chicas y chicos. «He aprendido enseñando», dijo la artista visual Sara Hernández. Por su parte, la artista comunitaria Fátima Argueta destacó que «somos procesos y no solo resultados».
Pólvora es un proyecto del Centro Cultural de España en El Salvador que surgió como proyecto piloto en 2020 y que se desarrolla de manera estable desde 2021 a partir de la necesidad de crear iniciativas innovadoras en las que niñas, niños y jóvenes puedan conocer y producir manifestaciones artísticas, vinculando a artistas, estudiantes y docentes. Pólvora nació con la convicción de que la creación contemporánea en las aulas es una herramienta poderosa para el aprendizaje y la transformación social.
En las cuatro ediciones de esta iniciativa han participado 18 centros educativos, 18 artistas y 370 alumnas y alumnos de escuelas de primaria y secundaria de El Salvador.
Un rap que no espanta, eco títeres, libros que cantan
La música Enid Claramunt trabajó con el alumnado del Centro Escolar Caserío Las Lajas (San Salvador) el proyecto «Recicla recanta el rap que no espanta», un teatro musical para aprender sobre reciclaje, crear instrumentos musicales a partir de materiales reciclados y una obra de hip-hop.
Las niñas y niños del Centro Escolar El Capulín, en Lourdes Colón, trabajaron «Eco-Títeres» con Buchinche Colectivo, una propuesta educativa diseñada para sensibilizar sobre la importancia del medioambiente y el reciclaje a través del uso creativo del teatro de títeres y de objetos, utilizando materiales reciclables.
Las chicas y los chicos del Centro Escolar Edelmira Molina, en Ciudad Delgado, crearon con Fátima Argueta «Sentipensarme con la Tierra», una oportunidad para promover —mediante máscaras, títeres gigantes y cantohistorias— las diversas formas que tenemos de conectarnos con la naturaleza, escucharla, sentirla, pensarla, protegerla y reconocerla como parte de un todo con cada ser que habita la Tierra.
La artista Sara Aparicio junto al alumnado del Centro Escolar Unión Centroamericana, en el Centro histórico de San Salvador, acompañó el proceso creativo de los chicos y las chicas a partir de sus vivencias y capacidades y de conocer herramientas como el ritmo, las rimas, la estrofa y los versos, para crear colectivamente una canción.
Con la artista Rocío Velasco, jóvenes del Instituto Nacional de Soyapango (INSO) crearon «Imaginarium» en una residencia centrada en facilitar herramientas de arte sonoro para crear colectivamente, a través de un libro collage, una historia que imagine el mundo en el cual desean crecer.
Las chicas y los chicos del Colegio Español Padre Arrupe, en Soyapango, idearon «Esencias invisibles», con Sara Hernández, un proyecto para conectar la creación con la diversidad biológica en El Salvador, con énfasis en los hongos y las bacterias, y el papel que desempeñan en los ecosistemas a través de expresiones artísticas. El grupo trabajó con la ilustración y la técnica de animación del stop motion.